En Haití, la ciudad de Puerto Príncipe enfrenta una crisis humanitaria a medida que los enfrentamientos entre pandillas obstaculizan los servicios médicos. La escalada de violencia ha llevado al cierre de 18 hospitales, exacerbando la escasez de suministros médicos en la región, según informa The Alliance for International Medical Action (ALIMA), una organización humanitaria con sede en Senegal.
“La situación es extremadamente desafiante y afecta nuestra capacidad para operar diariamente”, declaró Antoine Maillard, coordinador médico de ALIMA en Puerto Príncipe.
La violencia de las pandillas ha obligado a aproximadamente 17.000 personas a abandonar sus hogares en la capital, muchas de las cuales ahora se refugian en edificios abandonados o escuelas improvisadas, donde las condiciones son precarias y los recursos, limitados.
La escasez de medicamentos básicos como antibióticos y antidiarreicos ha alcanzado niveles críticos, con precios exorbitantes que excluyen a la población más vulnerable, como Denise Duval, de 65 años, quien lucha por controlar su presión arterial sin acceso a medicamentos adecuados.
La situación es igualmente desesperada para Nadine Prosper, de 52 años, quien, después de perder parte de su pierna izquierda en el terremoto de 2010, se enfrenta a la imposibilidad de obtener los medicamentos necesarios para aliviar su dolor crónico.
El cierre del Hospital Universitario Estatal, uno de los principales centros médicos del país, ha dejado a la población sin una opción viable para recibir atención médica.
La violencia de las pandillas, que controla una gran parte de Puerto Príncipe, ha generado una atmósfera de miedo e inseguridad, impactando negativamente en la vida diaria de los ciudadanos.
La renuncia anunciada del primer ministro Ariel Henry en respuesta a la crisis subraya la gravedad de la situación política y social en el país caribeño.