Hileras de palestinos regresaban el lunes a la ciudad de Jan Yunis, en el sur de Gaza, para salvar lo que pudieran en medio de la inmensa destrucción que dejó a su paso la ofensiva israelí, al día siguiente de que el ejército israelí anunciara que retiraba a sus tropas de la zona.
Muchos volvían a la segunda ciudad más grande del enclave para encontrar su antiguo hogar en un estado irreconocible. Docenas de edificios estaban destruidos o dañados, dejando montañas de escombros donde antes había apartamentos y negocios. Las calles habían sido levantadas por topadoras. Escuelas y hospitales sufrieron daños en los combates.
En la guerra, que ya inicia su séptimo mes, han muerto más de 33,000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, según las autoridades locales de salud. La mayoría de los 2,3 millones de habitantes del enclave se han visto desplazados por la campaña, que ha dejado inhabitables amplias extensiones de la castigada Franja de Gaza.
La retirada de las tropas israelíes de Jan Yunis reflejaba el final de una fase clave en su guerra contra Hamás y redujo la cantidad de soldados en el diminuto enclave costero a una de sus cifras más bajas desde comenzó la guerra.