Según un informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA), los niveles de dióxido de carbono y metano en la atmósfera alcanzaron cifras récord el año pasado, con un crecimiento casi sin precedentes.
El dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero generado por actividades humanas, alcanzó la tercera mayor cantidad en los últimos 65 años, con un aumento del 5.5% en la última década. En 2023, los niveles promedio de dióxido de carbono llegaron a 419.3 partes por millón, un 50% más que en la época preindustrial.
Por otro lado, los niveles de metano también aumentaron, alcanzando las 11.1 partes por cada mil millones el año pasado. Aunque este aumento fue menor que en años anteriores, el metano ha experimentado un crecimiento del 3% en los últimos cinco años y un alarmante incremento del 160% desde los niveles preindustriales.
Los científicos están particularmente preocupados por el crecimiento acelerado del metano, ya que este gas tiene una capacidad de atrapar el calor mucho mayor que el dióxido de carbono, aunque su duración en la atmósfera es mucho menor. Se estima que el metano es responsable de aproximadamente el 30% del aumento actual de la temperatura global.
Las fuentes de emisión de metano incluyen los humedales naturales, la agricultura, la ganadería, los vertederos y la industria del petróleo y el gas. Este preocupante aumento en los niveles de gases de efecto invernadero subraya la urgencia de tomar medidas significativas para abordar el cambio climático y reducir las emisiones globales de carbono.