La muerte de 7 trabajadores humanitarios de la organización no gubernamental World Central Kitchen (WCK) en un ataque aéreo israelí en Gaza ha generado conmoción a nivel internacional. Entre las víctimas se encuentran ciudadanos de diversas nacionalidades, incluyendo a palestinos, británicos, australianos, polacos y estadounidenses/canadienses, lo que refleja la diversidad del equipo de la ONG.
Según declaraciones del director ejecutivo de WCK, Erin Gore, el ataque no solo afecta a la organización, sino que representa un ataque contra todas las instituciones humanitarias que operan en condiciones de conflicto, donde los alimentos se convierten en armas de guerra. La coordinación previa con las fuerzas israelíes no impidió el ataque, ocurrido luego de que los trabajadores salieran de un almacén en Deir al-Balah.
El presidente Joe Biden expresó su pesar por las muertes y prometió una investigación exhaustiva del incidente. Israel, a través de su portavoz militar, el contraalmirante Daniel Hagari, transmitió condolencias y aseguró que cooperarán plenamente en la investigación.
Como consecuencia del ataque, tanto WCK como ANERA (American Near East Refugee Aid) han suspendido sus operaciones en Gaza, lo que podría agravar la situación humanitaria en la región. La ONU ha destacado la importancia del cese de hostilidades y la protección del personal humanitario en conflictos armados, recordando que este incidente se suma a una larga lista de ataques contra trabajadores humanitarios en la región.