En las últimas horas, las tropas israelíes han aumentado sus ataques y bombardeos en la ciudad de Gaza, así como en el centro y sur de la franja palestina. Como resultado, anunciaron la eliminación de tres figuras clave de Hamás en el Hospital al Shifa. Esta operación, coordinada por varias unidades militares, llevó al fallecimiento de Mahmoud Halil Zakzouk, subcomandante de las operaciones con cohetes de Hamás, Fadi Duyk, quien participó en un ataque en Cisjordania en 2002, y Zakaria Najib, condenado por el secuestro y asesinato de un soldado israelí en 1994.
Estas muertes se suman al reciente fallecimiento de Raed Thabet, jefe de personal y suministros de Hamás, también en el Hospital al Shifa. Según las cifras castrenses israelíes, más de 200 supuestos milicianos han sido abatidos desde el inicio de esta operación militar el pasado 18 de marzo.
Sin embargo, fuentes médicas en Gaza reportan decenas de civiles muertos desde anoche, junto con un elevado número de arrestos, incluyendo a aproximadamente 500 personas asociadas con Hamás o la Yihad Islámica Palestina. La situación humanitaria se ha visto agravada por la continua destrucción de infraestructuras y la escasez de suministros médicos y alimentos.
A pesar de los llamamientos internacionales para un alto el fuego y la entrada de ayuda humanitaria, la situación en Gaza sigue siendo crítica. Aunque el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución para un alto el fuego y la Corte Internacional de Justicia emitió medidas provisionales para garantizar la entrada de ayuda en Gaza, Israel ha continuado con su ofensiva.
Mientras tanto, en Israel, miles de personas se han manifestado en Tel Aviv exigiendo la liberación de los rehenes mantenidos por Hamás desde un ataque en octubre pasado. También ha habido protestas pidiendo la renuncia del primer ministro Benjamín Netanyahu y elecciones anticipadas.
Se espera que mañana se reanuden las negociaciones en El Cairo para una tregua en Gaza y la liberación de rehenes. Sin embargo, la situación sigue siendo volátil, con un futuro incierto para los habitantes de Gaza y una creciente presión sobre el gobierno de Netanyahu en Israel.