Las crecientes del río Uruguay, compartido por Uruguay y Argentina, se vuelven cada vez más frecuentes y graves.
En respuesta a esta amenaza, un fondo de la ONU está respaldando los esfuerzos de adaptación en la región.
Las precipitaciones han aumentado significativamente en las últimas décadas en ambas naciones. Este cambio climático ha llevado a una mayor frecuencia e intensidad de fenómenos extremos, así como a un aumento en la expansión urbana y la deforestación en las áreas ribereñas. Además, la presa de Salto Grande ha alterado la dinámica del río, complicando aún más la situación.
Las últimas inundaciones, que obligaron a miles de personas a abandonar sus hogares, subrayaron la necesidad urgente de adaptación. El Plan de Acción Climática del Río Uruguay, financiado por el Fondo de Adaptación al Cambio Climático de la ONU, busca abordar estos desafíos. El proyecto incluye la formación de ciudadanos y funcionarios sobre los efectos del cambio climático, la creación de parques de inundación y paseos costeros, y medidas para reducir la erosión de las riberas.
A pesar de los avances, aún quedan desafíos por superar. La concienciación y la colaboración entre los municipios ribereños son clave para garantizar el éxito de estas medidas de adaptación. Con un enfoque integral y sostenido, se espera que estas iniciativas mejoren la resiliencia de las comunidades frente a las crecientes del río Uruguay.