El Consejo de la Unión Europea, que representa a los Gobiernos de los Veintisiete, ha otorgado la aprobación definitiva a un innovador “monedero digital”. Este sistema permitirá a los ciudadanos de la UE identificarse electrónicamente en servicios públicos y privados, así como almacenar y compartir documentos firmados digitalmente.
Tras recibir el respaldo del pleno del Parlamento Europeo el pasado 29 de febrero, el reglamento será publicado en el Diario Oficial de la UE en las próximas semanas. Según el comunicado emitido por el Consejo, entrará en vigor 20 días después de su publicación, aunque su implementación total no ocurrirá hasta 2026.
El sistema será voluntario y permitirá a los ciudadanos acceder a servicios en línea utilizando su identificación digital nacional, la cual será reconocida en toda Europa. Esto eliminará la necesidad de depender de proveedores comerciales, abordando así las preocupaciones sobre confianza, seguridad y privacidad.
Además de los servicios públicos, las grandes plataformas de internet designadas bajo la Ley de Servicios Digitales, así como los servicios privados legalmente obligados a autenticar usuarios, estarán obligados a aceptar este nuevo sistema para el inicio de sesión en sus servicios en línea.
Los usuarios de estas identidades digitales dispondrán gratuitamente de firmas electrónicas cualificadas, equiparables legalmente a las firmas manuscritas, y podrán interactuar con otras identidades digitales, lo que mejorará la fluidez de los intercambios digitales.
Para fomentar la transparencia, innovación y seguridad, se implementará una cartera de código abierto, junto con reglas para el registro y supervisión de empresas implicadas, garantizando rendición de cuentas y trazabilidad.
Los usuarios tendrán acceso a un panel de privacidad que les permitirá control total sobre sus datos, con la opción de solicitar su eliminación, en línea con el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE.
Las carteras digitales permiten a los usuarios almacenar y vincular sus datos en un único espacio digital en su teléfono móvil, buscando abordar preocupaciones de pérdida de control sobre datos personales y dificultades en la lucha contra el fraude y ciberseguridad, según señala la Comisión Europea.