En un giro sorprendente, el presidente ruso Vladimir Putin admitió por primera vez que extremistas islámicos estuvieron detrás del reciente ataque en Moscú. Sin embargo, Putin sugiere que este acto forma parte de una campaña más amplia de intimidación liderada por Ucrania.
“Sabemos que el crimen fue cometido por manos de islamistas radicales, cuya ideología ha estado combatiendo el propio mundo islámico durante siglos”, declaró Putin durante una reunión televisada en el Kremlin, según informó AFP.
A pesar de esta admisión, Putin cuestiona quién realmente ordenó el ataque, insinuando una posible conexión con fuerzas en conflicto con Rusia desde 2014, refiriéndose al “régimen neonazi de Kyiv”, según Reuters.
Sin embargo, Ucrania ha negado rotundamente cualquier implicación en el ataque, con el presidente Volodymyr Zelensky acusando a Putin de intentar desviar la atención de las fallas de seguridad en Rusia.
Mientras tanto, el número de muertos por el ataque ha aumentado a 139, con más de cien heridos, según el presidente del principal órgano de investigación criminal de Rusia, Alexander Bastrykin.
Aunque inicialmente el grupo Estado Islámico (EI) se atribuyó el ataque, las autoridades rusas lo desestimaron como “falso”. Sin embargo, medios afiliados a la organización han publicado videos que parecen corroborar su participación.
Hasta el momento, once personas presuntamente relacionadas con el atentado han sido detenidas, cuatro de las cuales han sido presentadas ante los tribunales bajo cargos de terrorismo. Los sospechosos, naturales de Tayikistán, permanecerán en prisión preventiva mientras continúa la investigación.