Dos hornos crematorios clandestinos y de tipo artesanal fueron descubiertos este domingo por integrantes de dos colectivos de búsqueda de desaparecidos en una colonia del municipio El Salto, Jalisco, en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Los dos hornos están dentro de una finca en la colonia Las Pintitas, a 2.5 kilómetros del aeropuerto internacional de Guadalajara.
Además, las imágenes muestran numerosos bultos en bolsas de plástico negras amarradas con cinta plateada, donde presumiblemente hay cuerpos o restos humanos. El conteo de las buscadoras suma 27 bolsas de plástico, huesos al aire libre, botellas con ácido muriático, ropa esparcida por el lugar, y al menos siete hoyancos que podrían servir como fosas clandestinas.
Fotografías proporcionadas por miembros de los colectivos muestran dos hoyos redondos con ladrillos a su alrededor, similares a pozos de agua, pero sin muro alto.
Las tareas de búsqueda y localización las realizaron integrantes de los colectivos Entre Cielo y Tierra; y Desaparecidos en Jalisco, quienes informaron a las autoridades. Al lugar se presentaron elementos de la Guardia Nacional, quienes tomaron control de la finca. Más tarde arribó personal de la Fiscalía del Estado para las diligencias correspondientes.
El predio está sobre la calle La Peñita. Por fuera hay un muro de ladrillo y un portón negro que da acceso al sitio. Por dentro hay al fondo una terraza, y sobre el frente cuartos en dos pisos, uno de ellos con vista a la calle. El predio mide aproximadamente 25 por 30 metros.
La colonia La Piedrera está en las afueras de la ciudad. Es una zona con vivienda popular de autoconstrucción en su mayoría, con calles de terracería o empedrado. Muchas de las fincas son utilizadas como talleres o bodegas.
Las autoridades no han proporcionado información oficial al respecto, aunque agentes de la Fiscalía señalaron que se espera una orden de cateo para que se puedan comenzar a realizar trabajos de investigación a fondo. Se estima que esas labores comenzarían al mediodía del lunes, aunque agentes ya hacían recuento de lo encontrado al interior del lugar, y tomaban fotografías de las bolsas y hornos, además de testimonios entre las madres buscadoras.