Durante un discurso en Budapest con motivo del aniversario de la revolución magiar de 1848, el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, pronosticó un año crucial y resaltó el avance de las fuerzas soberanistas en Occidente, convirtiéndose en una mayoría emergente. Orbán mencionó países como Eslovaquia, los Países Bajos e Italia, donde ha habido un crecimiento significativo de movimientos de derecha y populistas en los últimos meses. También señaló la aparición de tendencias similares en la República Checa y Austria, junto con una oposición en aumento en Estados Unidos.
Orbán declaró: “Este año será decisivo. Para el final del año, nosotros seremos la mayoría en el mundo occidental. Estamos ante un giro soberanista tanto en Estados Unidos como en la Unión Europea (UE)”. Conocido por su postura nacionalista y su cercanía con el expresidente Donald Trump, Orbán proclamó que las fuerzas soberanistas restaurarán lo que él llamó “la vida normal”. Criticó a la UE, comparándola con un imperio que ha abandonado a la gente común y limitado los derechos de las naciones miembro.
Además, Orbán acusó a la UE de intentar involucrar a todos los estados en la guerra de Ucrania, algo que Hungría rechaza vehementemente. Según él, la UE está tratando de chantajear a su país con la congelación de fondos europeos, una estrategia que considera fallida. Orbán enfatizó: “Los europeos temen de que la UE les quite la libertad”.
Con respecto a las elecciones al Parlamento Europeo que se celebrarán en junio, Orbán instó a sus seguidores a tomar una posición clara, defendiendo la soberanía de Hungría y resistiendo lo que él percibe como interferencia externa en asuntos nacionales. Las fuerzas políticas en Hungría han iniciado sus campañas electorales para las próximas elecciones europeas, marcando un período de intensa actividad política en el país.