Por Juan Carlos Cruz Tapia
@juancarlos.trader
Desde hace tiempo se ha manejado la versión de una potencial desdolarización en el comercio internacional, recientemente Brasil y China firmaron un acuerdo para comerciar con sus propias monedas y depender en menor medida de operaciones dolarizadas. Lo que ha abierto el debate público hacia la interrogante sobre si habrá un nuevo orden dominante encabezado por el yuan en el comercio global.
La dependencia global es cada vez más amplia, China se ha convertido en un socio clave para la región de Latam. Nos encontramos ante una redirección internacional que invita a evaluar las estrategias globales y regionales de alianzas, a conceder una mayor relevancia a los vínculos comerciales. Como bloques comerciales, la región Asia-Pacífico y Latam, tienen un potencial de crecimiento alto, lo que los convierte en socios idóneos a través de eliminación de barreras comerciales. En este sentido, el fortalecimiento de las relaciones Brasil-China abre la puerta a una mejor dinámica de capitales.
Lo relevante es que, al haber un intercambio directo de divisas, se permiten inversiones y financiamiento más eficientes a través del Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizo (Cross-Border Interbank Payment System o CIPS), mecanismo que nace en 2015 como un esfuerzo de China para hacer un sistema de liquidación y compensación de pagos internacionales que utiliza como moneda base al yuan. De manera general, los pagos entre estas economías podrán ser directos, esta ha sido una relación que se ha construido por varios años, el efecto no será un catalizador inmediato sino un apoyo que gradualmente puede ser adoptado por otras naciones, pero el dólar seguirá siendo partícipe en el comercio.
¿Otras economías podrían hacer lo mismo? Siendo objetivos, cualquier economía que tenga comercio con China podría utilizar este canal de liquidaciones, lo verdaderamente importante es que dentro de estas economías sus divisas tengan la liquidez suficiente para poder generar un precio de cruce entre ellas y el yuan, de lo contrario podríamos vernos en la necesidad de utilizar alguna otra moneda como referencia. Cayendo de nuevo hacia el dólar americano o el euro por su alta liquidez.
Así que, más que una desdolarización, hoy existen mayores herramientas para impulsar las relaciones multilaterales. Más canales en los que puede haber interacción de capitales. Por ejemplo, como ir al supermercado, es posible que para frutas y verduras prefieras al Supermercado A, pero para carnes y embutidos prefieras al Supermercado B. No significa que si se opta por uno se abandone al otro, dado que no son mutuamente excluyentes, únicamente apoyan a cubrir necesidades diferentes y en ello radica el valor que, en este caso, los sistemas de pago y acuerdos de comercialización pueden agregar a las entidades.
¿Podría adquirir el yuan mayor impulso que el dólar en un corto plazo? Ciertamente el yuan es la moneda que mayor crecimiento en uso ha tenido en los últimos 20 años, pasando del top 30 de monedas más negociadas (acorde con datos del Banco de Pagos Internacionales) a estar dentro del top 5 con mayor valor en operaciones para 2022.
En conclusión, el yuan aún tiene espacio para seguir ganando terreno, pero la mayoría del comercio internacional podría seguir utilizando el dólar como base, dada su convertibilidad y liquidez. Así que, aún tenemos dólar americano para un muy buen rato.