En el primer día del Ramadán, la guerra entre Israel y Hamás en Gaza no da tregua, mientras la comunidad internacional se moviliza para enviar ayuda humanitaria a una población al borde de la hambruna.
Los bombardeos israelíes continúan en diferentes partes del territorio palestino, incluyendo Ciudad de Gaza, Jan Yunis y Rafah, según informan las autoridades de Hamás.
El inicio del mes sagrado de los musulmanes se ve ensombrecido por la violencia y la desesperación. Awni al Kayyal, un desplazado en Rafah, describe la situación como “cubierta de oscuridad, con sabor a sangre y hedor por todas partes”. La falta de alimentos agrava aún más la crisis humanitaria, y muchos temen no tener comida en la mesa después de romper el ayuno durante la noche.
Para intentar paliar esta situación, la ONG española Open Arms ha preparado un navío cargado con 200 toneladas de víveres, listo para zarpar de Chipre hacia Gaza. Sin embargo, la ONU advierte que la ayuda por mar y aire no puede sustituir a la ayuda por vía terrestre, controlada por Israel y que llega de manera limitada a Gaza.
Mientras tanto, los esfuerzos diplomáticos para alcanzar una tregua no han tenido éxito. A pesar de las discusiones en Egipto a principios de marzo, los países mediadores aún no han logrado pactar un alto el fuego. Hamás exige una retirada de las tropas israelíes y un alto el fuego definitivo, mientras que Israel busca garantías sobre la liberación de los rehenes.
En medio de esta situación, el presidente Joe Biden expresa su solidaridad con el pueblo palestino y reconoce el sufrimiento que enfrentan durante el Ramadán. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también envía un mensaje de esperanza en medio de la adversidad, recordando la humanidad compartida en estos tiempos difíciles.