La icónica vía de navegación del Canal de Panamá se enfrenta a una crisis provocada por la disminución del nivel de agua en el lago Gatún, su principal fuente de abastecimiento de agua dulce. A diferencia del Canal de Suez, alimentado por el mar, el Canal de Panamá depende del lago Gatún, cuyo nivel ha alcanzado el segundo más bajo en los últimos 110 años.
Durante un recorrido por el lago Gatún, Nelson Guerra, hidrólogo de la Autoridad del Canal de Panamá, señala la preocupante disminución. “El nivel, como se ve en la regla, es de 81,20 pies”, comenta, destacando una diferencia de 1,5 metros respecto a lo normal.
La escasez de lluvia, agravada por el fenómeno de El Niño, ha contribuido a que este sea el segundo año más seco en la historia del canal. Medidas de ahorro de agua, impuestas debido a la necesidad de las esclusas, han reducido el número de buques permitidos diariamente, afectando el comercio mundial que utiliza esta ruta estratégica.
El impacto en el comercio marítimo es evidente: la cantidad de buques ha disminuido de 36 a 24 en promedio, y las restricciones de peso limitan la carga que cada buque puede transportar. Esto representa un desafío para el 5% del comercio marítimo mundial y el 40% del tráfico de contenedores de EE. UU. que utiliza el canal.
La sequía también afecta el suministro de agua potable para la mitad de la población panameña, incluida la capital, Ciudad de Panamá. Ante esta situación, la Autoridad del Canal de Panamá está implementando medidas para asegurar la viabilidad a largo plazo de la vía navegación.
Ilya Espino de Marotta, jefa de sostenibilidad de la Autoridad, destaca un plan de inversión de US$8.500 millones en proyectos sostenibles para los próximos cinco años. Este plan busca abordar los desafíos actuales y preparar al canal para enfrentar posibles cambios futuros, incluidos los relacionados con el cambio climático.
Entre las medidas propuestas se encuentran la modernización de esclusas, el uso eficiente del agua mediante técnicas como el llenado cruzado, la construcción de embalses y la consideración de plantas desalinizadoras. Aunque algunos proyectos requieren la aprobación del Congreso y enfrentarán desafíos logísticos, la Autoridad del Canal de Panamá busca asegurar que esta importante ruta de navegación continúe operando de manera eficiente y sostenible en los años venideros.