El jefe de Naciones Unidas para los refugiados, Filippo Grandi, alertó sobre la situación crítica de 780.000 personas desplazadas en Mozambique, principalmente en la provincia de Cabo Delgado, a causa de una insurgencia yihadista que ha generado caos en el país durante siete años.
La filial del grupo Estado Islámico en Mozambique ha llevado a cabo ataques a las poblaciones desde 2017, obligando a alrededor de 1,3 millones de personas a huir para salvar sus vidas. Aunque unas 600.000 personas han logrado regresar a sus hogares, muchas de estas áreas han sufrido graves daños en infraestructuras vitales como viviendas, mercados, escuelas e instalaciones sanitarias.
Desde enero, se ha observado un recrudecimiento de los ataques, causando alrededor de 80.000 nuevos desplazamientos, elevando el total de personas desplazadas a 780.000, según datos de la ONU. Sin embargo, otras organizaciones humanitarias estiman que la cifra de desplazados desde enero podría ser aún mayor, alcanzando cerca de 100.000 personas.
La ONU destaca que la crisis humanitaria en Mozambique requiere una respuesta sostenida de la comunidad internacional. Actualmente, el plan humanitario de la ONU en el país del sur de África enfrenta una grave falta de fondos, con solo el 5% de los 400 millones de dólares necesarios para ayudar a la población en situación de vulnerabilidad.
Robert Piper, asesor especial sobre desplazamientos internos del secretario general de la ONU, António Guterres, subrayó la urgencia de aumentar los recursos disponibles para abordar la crisis en Mozambique y brindar asistencia a las personas afectadas.