- México se encuentra entre los cinco países con menor inversión en salud, con solo mil 133 dólares por persona al año.
- La baja inversión no solo impacta la salud de la población, sino que también refleja la ausencia de liderazgo y gobernanza en el sector.
- Expertos enfatizan la importancia de políticas centradas en la población para abordar desigualdades y prevenir enfermedades.
El reciente informe del Banco Mundial 2023 ha revelado que México enfrenta desafíos significativos en términos de inversión en salud, situándose entre los cinco países con menor gasto, con apenas mil 133 dólares por persona al año.
Comparado con el promedio de los países miembros de la OCDE, que destinan 4 mil 87 dólares por persona anualmente, y Estados Unidos, con una inversión de 10 mil 948 dólares, México se encuentra rezagado en este aspecto.
India lidera la lista de naciones con baja inversión en salud, con 257 dólares por persona, seguida por Indonesia, China y el Sur de África. La baja inversión no solo afecta la salud de la población, sino que también refleja la falta de liderazgo y gobernanza en el sector, según Deus Bazira, director del Centro para la Práctica e Impacto de la Salud Global (CGHPI) de la Universidad de Georgetown.
Bazira destacó que la baja inversión propicia desigualdades y aumenta el riesgo de enfermedades prevenibles. La falta de programas centrados en la población ha contribuido al resurgimiento de padecimientos que se creían controlados, como se evidencia actualmente con la poliomielitis en algunos países.
En un contexto donde millones de personas mueren por infecciones prevenibles y resistencia bacteriana, la falta de acceso a tratamientos óptimos lleva a la automedicación y gastos extraordinarios para la población más vulnerable. Esto no solo impacta la salud individual, sino que también conduce al aumento de la pobreza.
“Terminará por impactar el sistema de salud”
Bazira subrayó la importancia de repensar los sistemas de salud, enfocándose en solucionar inequidades y disparidades. Se instó a desarrollar políticas y programas centrados en la población, buscando una armonización financiera más allá de la construcción de hospitales.
En palabras de Bazira, “Tenemos que pensar en la persona a la que cuidamos y ponerla en el centro. Volver a los principios básicos de la atención primaria”. Destacó que un sistema de salud óptimo es preventivo, capaz de seguir a las personas, reducir muertes prevenibles y evitar enfermedades crónicas. La falta de inversión, advirtió, deja a un país vulnerable ante emergencias sanitarias como la vivida con la pandemia de covid-19.