En una escalada de violencia en Haití, al menos tres personas murieron y más de tres mil reclusos escaparon de la principal prisión del país después de que un grupo armado atacara las instalaciones penitenciarias durante la noche.
La situación refleja la creciente espiral de violencia en Haití, donde las pandillas han intensificado su control sobre la capital. Esto sucede mientras el primer ministro Ariel Henry, actualmente en el extranjero, busca respaldo para una fuerza de seguridad respaldada por Naciones Unidas con el fin de estabilizar la nación.
Al amanecer, tres cuerpos baleados yacían cerca de la entrada de la prisión, que estaba abierta de par en par, sin presencia visible de guardias. Aunque inicialmente se mencionaba una decena de muertos, las autoridades confirmaron tres fallecidos. Además, según el Colectivo de Abogados para la Defensa de los Derechos Humanos (CADDHO), aproximadamente tres mil 600 presos, equivalente al 97% de la población carcelaria, lograron fugarse.
Arnel Remy, abogado de derechos humanos, afirmó que menos de 100 reclusos permanecen tras las rejas de los casi 4 mil que estaban en la prisión. Entre los que optaron por quedarse se encuentran 18 exsoldados colombianos acusados de estar involucrados en el asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse en julio de 2021.
En medio de los disturbios, varios colombianos compartieron un video solicitando urgentemente ayuda, describiendo que la violencia era indiscriminada dentro de las celdas.
La policía, enfrentándose a una situación caótica, también emitió un llamado de ayuda, pidiendo la movilización del ejército y la policía para evitar que los bandidos ingresen a la prisión.
Estos hechos se suman a una serie de protestas violentas que han aumentado en los últimos días, coincidiendo con la ausencia de Henry, quien viajó a Kenia para buscar apoyo para una misión de seguridad liderada por ese país africano.
Como consecuencia de la violencia en el aeropuerto, la Embajada de Estados Unidos suspendió temporalmente todos los viajes oficiales a Haití. Con alrededor de 9 mil agentes de policía para una población de más de 11 millones de personas, la situación de seguridad en Haití es precaria, con pandillas que controlan gran parte de la capital.
Jimmy Chérizier, alias “Barbecue”, un exagente policial ahora líder de una federación de pandillas, se atribuyó la responsabilidad de los recientes ataques, buscando capturar a altos funcionarios del gobierno haitiano y obstaculizar el retorno de Henry.