Alemania ha dado un paso histórico al legalizar el consumo recreativo de cannabis, siguiendo los pasos de Malta y Luxemburgo en Europa, y de Uruguay y Canadá en América. A partir del 1 de abril, los ciudadanos alemanes podrán adquirir hasta 25 gramos diarios de cannabis para uso personal. La legislación, aprobada con 407 votos a favor durante una votación en el Parlamento alemán, establece que también será posible cultivar hasta tres plantas en casa para consumo propio, a través de asociaciones reguladas.
No obstante, la nueva normativa prohíbe la posesión y el consumo de la droga para menores de 18 años. La medida busca abordar la creciente preocupación por el aumento del consumo de cannabis entre los jóvenes, adquirido en el mercado negro sin garantías sobre su composición, según afirmó el ministro de Salud, Karl Lauterbach, del Partido Socialdemócrata (SPD).
La votación generó debate entre los partidos políticos, con críticas de la oposición conservadora, liderada por Simone Borchardt del partido CDU, quien argumentó que la ley agravará los riesgos para la salud de los jóvenes. A pesar de las resistencias, el gobierno asegura que esta reforma permitirá combatir de manera más eficaz el narcotráfico.
Según un sondeo de YouGov, el 47% de los alemanes se mostraron a favor de la nueva legislación, mientras que un 42% se manifestó en contra. Esta polarización refleja la diversidad de opiniones en torno al tema.
La legalización del cannabis ha sido un fenómeno mundial, con países como Uruguay despenalizando su producción, distribución y consumo en 2013. En América Latina, varios países también han avanzado en la legalización, incluyendo Chile, Colombia, Argentina y Perú, cada uno con enfoques específicos.
En Estados Unidos, aunque la ley federal prohíbe cultivar, vender o usar marihuana, el consumo recreativo ha sido legalizado en 19 estados, marcando un cambio significativo en la política sobre el cannabis.