El informe de la Oficina de Derechos Humanos de Naciones Unidas revela que el conflicto en Sudán ha sido marcado por violaciones y violencia sexual, con al menos 118 personas, incluyendo mujeres y niños, siendo víctimas de estos abusos.
Los enfrentamientos entre el ejército y una facción paramilitar han resultado en atrocidades generalizadas, con muchos de los ataques sexuales siendo cometidos por miembros de la fuerza paramilitar en viviendas y en las calles.
El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Türk, ha advertido que algunas de estas violaciones podrían constituir crímenes de guerra, y ha instado a investigaciones rápidas, exhaustivas e independientes sobre los presuntos abusos.
El reporte se basa en entrevistas con más de 300 víctimas y testigos, así como en el análisis de evidencia fotográfica y satelital de las zonas en conflicto. Sin embargo, debido a las restricciones de acceso, la situación en Sudán sigue siendo difícil de monitorear adecuadamente.
Se hace un llamado urgente a poner fin al conflicto y proteger a los civiles afectados. Aunque no existe una solución militar para el conflicto en Sudán, la ONU sigue instando a los líderes rivales a buscar una solución pacífica y negociada para detener el sufrimiento y la violencia en el país africano.