Involucra al ex secretario general del Palacio Nacional, Lyonel Valbrun, quien afirma que dos días antes del asesinato, ella pasó varias horas sacando objetos del palacio.
Valbrun sugiere que estas acciones indican que Martine Moïse tenía conocimiento previo de los eventos que estaban por venir, desmintiendo la idea de que sus acciones fueron aleatorias o por intuición.
Además, Joseph Felix Badio, exfuncionario del Ministerio de Justicia haitiano, acusa a Martine Moïse de conspirar para derrocar a su esposo, Jovenel Moïse. Badio afirma que ella conspiró con el entonces primer ministro, Claude Joseph, para destituir a Moïse del poder y presentarse como candidata en futuras elecciones.
Claude Joseph, quien también ha sido acusado de conspiración, sostiene que el actual presidente en funciones, Ariel Henry, fue el principal beneficiario del asesinato de Moïse, ya que asumió el cargo poco después del crimen y ha permanecido en el poder desde entonces.
Ariel Henry, sin embargo, niega cualquier implicación en el asesinato y sostiene que los comicios no pueden celebrarse debido a la violencia de las pandillas en el país.
Aunque los registros telefónicos muestran que Henry recibió llamadas de uno de los sospechosos después del asesinato, el presidente en funciones niega recordar haberlas recibido y ha desestimado las acusaciones en su contra como “noticias falsas”.
El caso del asesinato de Moïse está siendo investigado tanto por autoridades haitianas como por Estados Unidos, donde cuatro personas han sido condenadas a cadena perpetua por su participación en el complot.