En una reciente declaración, el presidente Andrés Manuel López Obrador desentrañó las contradicciones de los organizadores de la denominada “marcha por la democracia”, acusándolos de ser antiguos infractores de los derechos del pueblo.
Durante su conferencia matutina, López Obrador señaló que ha recorrido todo el país y ha constatado el rechazo de la ciudadanía hacia el retorno de corruptos, subrayando la necesidad de continuar con el proceso de transformación que lidera su gobierno.
En respuesta a las críticas vertidas durante la manifestación opositora, el presidente cuestionó la verdadera naturaleza de la democracia que defienden, describiéndola como un mero parapeto que encubría el dominio de una oligarquía corrupta. En contraste, reafirmó que su administración ha combatido la corrupción, mejorado la economía y reducido la pobreza.
En cuanto a las acusaciones de dictadura y vínculos con el narcotráfico, López Obrador desestimó estas afirmaciones, presentando pruebas tangibles de corrupción en gobiernos anteriores y destacando la importancia de la honestidad en su vida.
El mandatario también expuso las artimañas utilizadas por sus detractores, mencionando campañas de desprestigio en redes sociales mediante la compra de bots y la difusión de mensajes falsos. Finalmente, reiteró que, a pesar de las acusaciones, su compromiso principal es escuchar a la gente y aseguró que la población anhela que la transformación continúe, dejando atrás a los corruptos del pasado.