- Hoy, 12 de febrero de 2024, da comienzo el juicio preparatorio de Jalid Sheij Mohamed, considerado el “arquitecto” de los atentados del 11 de septiembre de 2001, y tres de sus cómplices en la base naval de Guantánamo, Cuba.
- Jalid Sheij Mohamed propuso los ataques terroristas a Osama Bin Laden en 1996, proponiendo como blancos el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York.
- Este juicio histórico, de cuatro semanas, se enfrenta a desafíos debido a la obtención de declaraciones bajo tortura, lo que podría afectar su validez en el proceso legal.
Hoy, 12 de febrero de 2024, marca el inicio del juicio preparatorio de Jalid Sheij Mohamed, conocido como el “arquitecto” detrás de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 (11S), y tres de sus cómplices en la base naval de Estados Unidos en Guantánamo, Cuba.
La historia se remonta a 1996, cuando Jalid Sheij Mohamed propuso a Osama Bin Laden la idea de atacar símbolos estadounidenses, incluyendo el Pentágono y las Torres Gemelas de Nueva York, utilizando aviones comerciales. Este plan maestro llevó a la posterior planificación y ejecución de los trágicos eventos que tuvieron lugar el 11 de septiembre de 2001.
A pesar de ser un juicio histórico, enfrenta desafíos significativos. Las declaraciones de los acusados fueron obtenidas bajo tortura en ubicaciones secretas en todo el mundo por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). Este hecho plantea interrogantes sobre la validez de las declaraciones en el proceso legal.
Las controversias persisten debido a que en 2007, cuando ya estaban detenidos en Guantánamo, fueron interrogados nuevamente, y la defensa argumenta que estas declaraciones también se obtuvieron bajo la influencia o condicionamiento de tortura. El juez tendrá la responsabilidad de determinar la viabilidad de un juicio justo basándose en estas circunstancias.
Este juicio, que se extenderá durante cuatro semanas, representa un hito en la búsqueda de justicia para los eventos que conmocionaron al mundo hace 23 años. Sin embargo, las sombras de la tortura amenazan con arrojar dudas sobre la integridad del proceso legal.