La vida de Paola Roldán dio un giro inesperado en agosto de 2020 cuando, mientras practicaba yoga, sufrió un desvanecimiento. Este fue el comienzo de una serie de síntomas preocupantes que la llevaron a buscar respuestas médicas. A pesar de llevar un estilo de vida saludable.
Desde entonces, Paola ha experimentado una serie de cambios drásticos en su vida, pasando de una vida activa a estar postrada en una cama, dependiendo de un respirador para sobrevivir y con control limitado sobre los músculos de su cara. Ante esta situación, decidió emprender una lucha pública por el derecho a la muerte digna, demandando la despenalización de la eutanasia en Ecuador.
Después de meses de deliberación, la Corte Constitucional de Ecuador emitió un fallo favorable para Paola el 7 de febrero, convirtiendo a Ecuador en el noveno país en despenalizar la muerte asistida en circunstancias extremas. Aunque este fue un momento histórico, Paola reconoció el peso emocional de la situación, sabiendo que ahora tiene el derecho a elegir el momento de su muerte.
La enfermedad ha tenido un impacto devastador en la vida de Paola y su familia, especialmente en su relación con su hijo pequeño, Oliver. A través de las redes sociales, Paola ha compartido su experiencia y ha expresado sus sentimientos sobre la enfermedad, la lucha por la eutanasia y el apoyo incondicional de su esposo, Nicolás.
Aunque su decisión de hacer pública su lucha por la eutanasia ha sido objeto de controversia y críticas, Paola se mantiene firme en su convicción de buscar una muerte digna y ha recibido el apoyo de muchos en su país y en todo el mundo. La decisión de la Corte representa un paso importante en su viaje, brindándole la oportunidad de tener control sobre el final de su vida.