Quito, Ecuador, 7 de febrero de 2021 (AP).— Los ecuatorianos acudían el domingo a las urnas bajo estrictas medidas pandémicas con el fin de elegir al futuro líder de la nación andina.
Lideraban las encuestas de intención de voto Andrés Arauz, un joven izquierdista apadrinado por el expresidente Rafael Correa, y Guillermo Lasso, exbanquero de derecha que se postula por tercera vez consecutiva para el mismo cargo.
Dieciséis candidatos compiten por suceder al presidente Lenín Moreno, un protegido convertido en rival de Correa, quien gobernó Ecuador durante una década y sigue siendo una fuerza importante a pesar de una condena penal por corrupción que le impidió buscar la vicepresidencia este año.
Arauz y Lasso llegan con las mayores opciones según los sondeos de opinión, aunque los expertos prevén que no alcancen los votos suficientes para evitar una segunda vuelta electoral.
Un poco más alejado y en tercera posición figura el postulante Yaku Pérez, del partido de los indígenas, Pachakutik.
Al inaugurar temprano el proceso electoral, la vicepresidenta María Alejandra Muñoz instó a sus compatriotas a vencer el miedo a la pandemia y emitir el voto, destacando que es “una causa por nuestras libertades y por el desarrollo del país, por tanto hoy cada uno de nosotros tenemos el deber de ejercerla”.
“Las consecuencias de que no todos los ecuatorianos estén incluidos en las soluciones de corto, mediano y largo plazo podrían ser nefastas”, agregó.
Los delegados de mesa en los centros de votación contaban con mascarillas y alcohol desinfectante para protegerse del coronavirus, aunque en muchos recintos electorales había quejas de que los delegados no llegaron a tiempo para instalar las mesas.
En algunos de los recintos de votación más grandes de ciudades como Quito y Guayaquil se prohibió el ingreso de los medios de comunicación como medida de precaución ante eventuales contagios.
Para que haya ganador en primera vuelta, un candidato debe obtener 40% de la votación más 10 puntos de ventaja sobre su más inmediato rival, de no suceder esto, se ha fijado un balotaje para el 11 de abril.
El ganador tendrá que trabajar para sacar a la nación productora de petróleo de una crisis económica cada vez más profunda que ha sido exacerbada por la pandemia.
El país sudamericano de 17 millones de personas había registrado más de 253.000 casos y casi 15.000 muertes por COVID-19 hasta el viernes, según datos de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
Los comicios empezaron en medio de estrictas medidas sanitarias, entre ellas votar con mascarilla, llevar su propia botella de gel o alcohol desinfectante, su propio lapicero, guardar el distanciamiento social mínimo de 1,5 metros y evitar todo contacto personal en el recinto electoral.
La única ocasión que el votante deberá descubrir su rostro será cuando los delegados de la mesa verifiquen la identidad.
Las autoridades también han prohibido las tradicionales ventas ambulantes de comida y de toda clase de pequeños objetos que rodeaban los recintos electorales en medio de música con alto volumen.
A las elecciones del domingo han sido llamados casi 13,1 millones de votantes, quienes podrán acudir a los recintos electorales entre las 07.00 y 17.00 horas (1200 y 2200 GMT).
Para los jóvenes de 16 y 17 años, al igual que para las personas de la tercera edad, el voto es opcional, mientras que para los ciudadanos de 18 a 65 años es obligatorio.
En caso de no sufragar la multa prevista es de 40 dólares.
Los resultados de un conteo rápido oficial del Consejo Electoral se conocerán tres horas después del cierre de las mesas electorales.